Muy buenas de nuevo, aquí estoy otra vez para avanzar con mi huerto ecológico
En mi ultima entrada enseñé como sembré el plantel. Esta vez quiero nutrir la tierra y protegerla, es decir acolcharla o empajarla.
El acolchado es un sistema empleado en la agricultura natural que consiste en cubrir el suelo, tanto alrededor de los cultivos como los caminos, para conseguir retener la humedad, proteger los nutrientes, microorganismos e insectos beneficiosos. También evita que crezcan demasiadas hierbas competidoras y con el tiempo también aporta nuevos nutrientes y minerales. Una tierra sin acolchado es una tierra desnuda, en la que el sol y el viento se llevan los nutrientes y agrietan la superficie dañando las raíces. En los bosques sanos todo el suelo está acolchado por varias capas de hojas, ramas, materia orgánica y humus más info sobre acolchado
¿Pero cómo voy a hacerlo?
1. Observando el terreno
Suelo empezar siempre observando, en este caso puedo ver que la tierra se seca y agrieta, y que aunque han crecido los cultivos, algunos están un poco pochos.
Aquí un ejemplo de una tomatera pocha, la arcilla del suelo se ha vuelto pedregosa y la plantita lo está pasando francamente mal.
También puedo ver que a las lechugas no les va mal, pero me pregunto ¿podrían estar mejor?
Por otro lado las cebollas no han crecido mucho, pero a ellas no les importa mucho si hay acolchado o no.
2. Aportar materia orgánica, microorganismos, humus y lombrices
Aunque la tierra está bien, se puede mejorar aportándole un buen compost inoculado con un poco de abono fresco y lombrices.
Este cubo está lleno de compost y lombrices y por lo tanto humus de lombriz, hace una semana le añadí gallinaza, o abono de gallina, y un poco de agua con solución madre casera (ya hablaré más adelante sobre la solución madre)
El compost se puede aportar directamente encima de los cultivos, como en las cebollas.
Se puede añadir apocando el cultivo (rodeandolo con materia) como en los tomates que lo agradecen mucho.
O se puede hacer un agujero junto al cultivo, con cuidado de no desenterrar las raíces.
Y añadir el compost en el agujero para luego taparlo con tierra.
3. Acolchar
Una vez abonado el huerto es el momento de protegerlo y darle más vida con un buen acolchado. El acolchado me gusta aplicarlo cuando las plantas ya están creciendo, ya que cuando son muy pequeñas puede haber problemas con la sombra, la humedad y los insectos. En mi caso voy a experimentar con un acolchado a base de restos de una planta invasora llamada cisca o Imperata Cylindrica. Es un planta que he segado antes de que echara semilla, de otro huerto donde daba problemas, y la he dejado secar.
Para transportarla la he atado con un cordel bien firme en una bala de unos 15 kg de peso.
He ido doblando y retorciendo la paja de cisca para hacer pequeños nidos en torno a las plantas ya crecidas.
En el caso de la calabaza y el calabacín me vendrá genial para mantener la tierra bien húmeda y protegida del sol, como suele gustarles, y para mantener los frutos alejados del suelo directo donde el contacto con el agua puede pudrir los frutos.
Con las lechugas he tenido especial cuidado, son muy delicadas y sensibles a caracoles y babosas, aunque en Murcia babosas no hay muchas, caracoles hay a cientos, así que he procurado dejar un espacio entre la lechuga y la paja para evitar que les sea más fácil el acceso al las hojas más carnosas.
La hierba buena se ha quedado genial.
Una vez acolchados los cultivos he pasado a rellenar los huecos de los caballones entre cultivo y cultivo tratando de cubrirlo todo bien.
No puedo olvidarme de acolchar también los pasillos, pues por ahí también puede escaparse mucha humedad y crecer multitud de hierbas competidoras.
Resultado
El huerto ha cambiado mucho de aspecto gracias al compost, el acolchado y todo el cariño que le he ido dando estas primeras semanas. Ahora lo veo más fuerte, sanote y resplandeciente que al principio. Aunque quiero seguir esforzándome y cuidándolo, tengo una buena sensación y creo que seguirá sano y lleno de vida conforme llegue el calor.